«Probablemente la vida supone asumir que ya no eres el protagonista de tu vida, sino que has pasado a ser un personaje secundario.»
Estas sabias palabras del realizador navarro Félix Viscarret esbozan la realidad que vive el protagonista de su nueva película, “Una Vida no tan Simple”.
Esta tragicomedia realista con tintes de crisis existencial y que cuenta con artistas de la talla de Miki Esparbé, Álex García, Ana Polvorosa o Olaya Caldera llegará a los cines este viernes 23 de junio de la mano de A Contracorriente Films.
En Hot BuzZz (mag) nos hemos sentando con Viscarret y Esparbé para conocer todos los secretos sobre la increíble historia de “Una Vida no tan Simple”.
En la primera entrega de nuestra entrevista exclusiva hablamos con el actor Miki Esparbé.
En esta segunda parte, te descubrimos más detalles sobre la película de la mano de Viscarret.
HB – ¿Cómo surgió la idea de este proyecto?
Llegó un momento en que estaba en mi vida entre el parque columpiando a mis hijos, porque es un momento en la vida que no va a volver, pero al mismo tiempo había una voz que me decía: “¿Pero qué estás haciendo? ¿El sentido de tu vida es estar aquí empujando el columpio?”.
Cuando estás trabajando dices: “Esto no sé si esto es tan genial como para estar perdiéndome la infancia de mis hijos.” Pero luego cuando estás en el parque y tus hijos pasan de ti, te dices: “Pues tampoco es tan vital que yo esté aquí.”
Me parecían divertidos [esos] diálogos con nuestra cabeza, cómo siempre nos presiona con esta cosa de autorrealizarte, tener éxito en la vida, estar en el lugar adecuado, no perder el tren, que no se te pase el arroz. Todas estas cosas que te dice tu mente, aunque agobian, tienen una parte cómica.
Si sabes ver que sólo es una cosa de la mente, puede que hasta veas que nada de eso es tan importante, el éxito o fracaso no son tan importantes. A lo mejor eres muy afortunado ya sólo por estar vivo.
Pensé que podía haber una película de humor y reflexión vital que hablara de eso, [justo] cuando yo estaba viviendo un poco esas situaciones.
HB – Entonces, aunque la historia sea diferente, se podría decir que “Una Vida no tan Simple” tiene algo de autobiográfico, ¿no?
¡Exacto! Yo podría decir eso que dice el que va al psicólogo de: “No es para mí, es para un amigo.”
Parte de momentos vitales, pero la comedia o incluso la ficción surge de ahí, de cuando coges cosas muy vividas que te han pasado a ti, ves que les puedes dar un empujoncito hacia delante y llegar a un momento más cómico o más dramático. Es lo que está sucediendo a tu alrededor y dices: “Esto puede ser el inicio de algo. Puede ser el inicio de una película.”
¿Es autobiográfico? Bueno, luego en la película suceden otro tipo de cosas, pero la chispa sí surge de cosas que me han pasado a mí.
HB – En la película mezclas drama y comedia. A veces es difícil captar la crisis de los 40 de forma realista y sin caer en tópicos. ¿Fue difícil de jugar con esos géneros y plasmarlo?
¿Cuál es el tono de una película? Me gusta buscar un lugar específico, un sentimiento diferente.
Ojalá que cada película nos llevase a un lugar que dijéramos: “¡Ah, pues me ha sorprendido”, o ésta es la película que me ha tocado la fibra sensible, este sentimiento particular.
En ese sentido, “Una Vida no tan Simple” [consigue que] volvamos a ese sentimiento que tuvimos de jóvenes cuando tocamos algo que era diferente.
A veces hay una delgada línea entre el humor y la melancolía o entre el humor y la nostalgia que me parece que es único en los seres humanos. Como hay cosas en la vida que nos pueden despertar una risa, pero también dejarnos pensativos sobre el sentido de nuestra vida.
Me gustaba que “Una Vida no tan Simple” fuera a ese lugar tan específico, para mí, tan único del ser humano. De poder reírnos de algo, reírnos de nosotros mismos y en el proceso de reírnos de nuestra ridiculeces, descubrir también ese algo que tiene la vida, ese algo inefable, oculto que tiene la vida que a veces nos puede dejar pensativos, melancólicos, pero que es único.
HB – Cuéntanos cómo fue el rodaje en Bilbao. Filmasteis algunas escenas en exterior y vemos que la ciudad juega también un papel importante en la película. Muestra un mundo muy cotidiano y rutinario: El parque, el colegio…
Quería que fuera un poema a la ciudad. Una ciudad entendida como ese gran lugar de encuentros, noches insomnes, de llamadas, de vidas que se cruzan.
Los protagonistas son arquitectos que en el fondo son los que encargan de dar forma a las ciudades y que tengan ese lado más bello o evocador o mágico. Rodar en Bilbao y mostrar una cara diferente de la ciudad. Mostrar una faceta visual que no se había visto tanto antes.
HB – Su lado más cotidiano, ¿no?
Cotidiano, pero también con el tratamiento de la ciudad de noche como algo más evocador.
HB – Juegas un poco con los paralelismos, ya que dos de los protagonistas son arquitectos…
Sí, y con esas patinadoras que cruzan la ciudad de noche. Esas llamadas a un amigo o amiga especial en mitad de la noche cuando no te duermes.
La película habla de esa epifanía. De cuando nos estancamos en ese concepto de éxito o competitividad, en esas metas. Soy o no soy buen padre o madre. Lo estoy haciendo bien o no. Y luego ves que probablemente eres muy afortunado o afortunada y todo eso son cantos de sirena que tienes en tu cabeza: “Éxito, juventud, libertad.” No te aferres a esas ideas.
HB – ¿Cómo fue trabajar con Miki, Ana, Álex, Olaya y los niños?
Son actores maravillosos. Hemos trabajado mucho con la empatía entre nosotros y con los personajes. Que fueran situaciones donde, de algún modo, todos hemos estado.
Todos podíamos tener algo del personaje de Esparbé, Álex García, Olaya o Ana Polvorosa. Yo he estado ahí. Ésta es un poco mi vida.
Ojalá que el espectador diga: “Entiendo a cada uno de los cuatro personajes. En algún momento de mi vida he estado en ese proceso personal.”
Y trabajar con niños es absolutamente maravilloso, pero frágil, fugaz e ingobernable. Lo que te den ellos es de verdad, es vida pura, no están actuando.
Ellos lo [hacen] así de bien por primera y única vez. O sea, que más te vale tenerlo todo listo y hacerlo todo muy bien y que los adultos, tanto los intérpretes como los técnicos, lo hagan todo muy bien a la primera, porque los niños te van a dar pura vida, pero una sola vez.
En ese sentido, el Félix neurótico que también se preocupa mucho de esas cosas, dice: “Ay, ay, ay, a ver si esta película que he escrito no se puede rodar en este tiempo porque los niños lo hacen una vez.”
Era maravilloso, pero un reto. Yo siendo padre debería saber que eso es la vida y es fugaz, eso sucede una vez y más te vale [captarlo].
HB – ¿Cómo definirías “Una Vida no tan Simple”? No hace mucho leímos una entrevista en que declarabas que “probablemente la vida supone asumir que ya no eres el protagonista de tu vida, sino que has pasado a ser un personaje secundario.»
Cuando en tu propia película te das cuenta que ya no eres el protagonista, tu ego se resiente, se resiste. Tu ego y tu vanidad quieren seguir siendo protagonistas, pero a lo mejor el sentido es dejar paso a esas criaturas tan pequeñas.
La vida es un momento y en la vida tú [eres] un personaje secundario o a veces un figurante con frase. Creo que de ahí surge la comedia.
Ese padre gruñón que interpreta a veces Esparbé se resiste a perder un poco ese protagonismo que él querría tener.
Si te das cuenta de qué es lo importante de verdad en la vida probablemente llegues a encontrar tu lugar e incluso a tener una epifanía: ¡Qué bonito! Esto da sentido a todo, a pesar de que, efectivamente, ahora soy un personaje secundario de mi propia película.”
HB – Una última pregunta. ¿Podrías contarnos algunos detalles de tus próximos proyectos?
Ahora estoy terminando una serie nueva que se va a titular “Galgos” y se va a estrenar entre finales de 2023 y comienzos del 2024.
“Una Vida no tan Simple” se estrena este viernes 23 de junio.
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