Crecer lleva su tiempo, especialmente cuando los sueños de juventud se esfuman por la puerta de atrás con el pasos de los años.
La crisis de los 40 ha sido abordada en el mundo del cine en múltiples ocasiones. A veces retratada de forma explícita, sutil y realista, y otras de manera tangencial e ingenua.
“Una Vida no tan Simple”, la nueva tragicomedia del director navarro ganador del Goya, Félix Viscarret (“Bajo las Estrellas”, “Patria”) y protagonizada por Miki Esparbé, Ana Polvorosa, Álex García y Olaya Caldera, se suma a la primera categoría.
La cinta de A Contracorriente Films se presentó en la pasada edición del Festival de Málaga y llegará a la gran pantalla este 23 de junio.
Con motivo de su estreno, en Hot BuZz (Mag) nos hemos sentado a charlar en el Hotel Casa Fuster de Barcelona con uno de sus actores protagonistas, Miki Esparbé, y el realizador Félix Viscarret.
En esta primera parte de la entrevista Esparbé nos cuenta algunos detalles sobre su personaje Isaías, un joven promesa de la arquitectura que ve su sueños menguar al llegar a la cuarentena, curiosidades sobre el rodaje y otros proyectos.
HB – Felicidades por la película. Es curioso porque la gran mayoría de películas invitan a reflexionar tras su visionado, pero con «Una Vida no tan Simple» nos ha dado por reflexionar durante la película y con el personaje que interpretas. Es una buena señal. Háblanos un poco sobre tu personaje, Isaías.
Isaías es un tipo que está en un momento de crisis vital. En una crisis generacional, profesional de paternidad. El arco que experimenta a lo largo de la peli parte de un lugar [que tiene] como un cierto patetismo emocional.
Ese patetismo, esa mala gestión, ligado a su falta de empatía, a veces, con la gente que le rodea, que le quiere, hace que a lo largo de la peli se dé cuenta de que quizás tiene que dejar de atender al ruido ajeno, al ruido en la vida para centrarse en él [mismo] y en lo que tiene. Y no mirar tanto en el vaso medio vacío y lo que no tiene, sino más en lo que tiene. Ese es el camino, eso es precioso.
HB – ¿Cómo te preparaste el personaje? ¿Hay algo autobiográfico?
No tanto. Quien te puede hablar más de esto es Félix [Viscarret, director] porque hay ciertos aspectos del guión que inevitablemente le resuenan más a él.
Cada proyecto requiere de un proceso de creación distinto. Y en el caso de esta peli eran muchas horas de charla con Felix. [Él la] conocía bien, había parido esta historia.
[Fueron] muchas horas para hablar de vanidad, ilusiones, expectativas, ambición, proyecciones y de saber cómo todo esto nos afectaba para poder trabajarlo desde un lugar muy sincero y muy cercano, sin filtros, muy honesto, muy fino y sensible, que es desde donde trabaja normalmente Félix.
HB – En “Una Vida no tan Simple” y a través de Isaías se habla sobre la crisis de los 40, crisis a nivel laboral, de pareja, familiar. También de la paternidad moderna. ¿Qué es lo que más te sedujo de tu personaje y de esta historia?
Primero de todo, lo que más me sedujo era el poder trabajar con Félix porque es un director que trabaja desde un lugar muy sensible, muy frágil y quería saber cómo era eso trasladado al set.
De la historia lo que me sedujo es que pasa todo y no pasa nada. Tú hablabas de que es una peli que invita a reflexionar durante la [proyección], no después.
Sin ser una película lenta, ni aburrida, es una peli que necesita su tiempo y en este momento vital en el que todo pasa tan rápido y nos exigimos tanto en tan poco tiempo, que alguien haga el ejercicio de parar un poco la máquina para reflexionar y [haga] una revisión personal, que en este caso hacemos con Isaías, me parece muy bonito y poderoso. Es chulo. Es lo que me sedujo de la historia.
HB – La película se podría clasificar como tragicomedia. Mezcla lo que comentábamos antes de la crisis existencial del personaje, pero sin caer en tópicos y con un toque de humor en algunas escenas. ¿Dónde te sientes más cómodo: haciendo drama, comedia o ambas cosas?
En todos los géneros, siempre que la historia que se cuenta se cuente desde un lugar honesto y sincero. Me gusta experimentar con los géneros porque si no me aburro. Necesito estar cambiando.
En este caso la peli tenía esto, ese tono como de comedia francesa. Es una comedia muy sofisticada para ver y eso es algo que a mí me gusta mucho como espectador. La he podido gozar mucho.
HB – ¿Cómo fue trabajar con Félix y el resto del equipo? ¿Y con los niños?
Los niños siempre requieren toda la atención del universo. Es bonito trabajar con [ellos] porque siempre sabes que si estás atento, todo va a salir bien, pero también requiere un nivel de exigencia [porque] hay menos tomas, obviamente vamos más al turrón. Mandan ellos.
Con Félix fue maravilloso. Es alguien con una sensibilidad muy especial. Trabajar con alguien así te permite abandonarte a [su] batuta [porque] lo tiene muy claro y sabes que va a lucir el trabajo. Es muy reconfortante como actor.
Y con el reparto, pues he tenido la suerte de contar con algunos compañeros y compañeras brutales que lo que hacen es elevar el trabajo a un lugar increíble. Entonces muy a gusto.
HB – Comentas que Félix tenía una visión bien clara, pero imaginamos que las escenas en la que aparecían los niños dieron algo más de margen para la improvisación.
Sí, 100%. Había mucha, mucha improvisación.
Tuvimos la suerte de trabajar con Naiara Carmona, que era la coach de los niños. Ellos sabían que estaban como en un juego y lo bonito de esto era esa improvisación permanente. Tú como mucho podías tratar de ceñirte a cosas muy concretas, pero obviamente no les [digas] que te hagan un monólogo, ¿sabes? Porque no es el momento, ni el lugar. En ese caso la improvisación era fundamental. De hecho, la gran mayoría de planos de los niños en la peli son improvisaciones.
HB – ¿Tienes alguna anécdota curiosa del rodaje?
Recuerdo que de lo primero que rodamos con los niños fue algo que de hecho sale en el tráiler, y sale al principio de la peli. Yo me levanto y voy al dormitorio de mis hijos y les visto para ir al cole.
Fue una gran improvisación. Estuvieron 10 minutos rodando sin parar, sin cortar y cuando terminamos, Edu, el foquista que no nos conocíamos de nada, vino y me dijo: “¿Cuántos [hijos] tienes?” Y yo le dije: “Ninguno”. Él me dijo: “Yo tengo dos hijos. Éste es mi episodio diario matutino, ¿sabes? O sea, tiene que ser así.” Eso me impactó mucho porque esto quiere decir que lo estamos contando bien [risas].
Y cómo anécdota, nos llovió en Bilbao como 21 días seguidos. Creo que desde los 70 no llovía tanto. Eso obligó a cambiar algún plan de rodaje puntual.
HB – Si tuvieras que definir “Una Vida no tan Simple” en un par de frases, ¿cuáles serían?
La peli habla de todas aquellas pequeñas cosas de nuestro día a día en las que no acostumbramos a poner el foco hasta que un día revientan o explotan. Eso es lo que hace que la peli sea tan delicada y a la vez tan fácilmente enfatizable y tan cercana.
HB – A nivel de otros proyectos que tengas a la vista, ¿qué nos puedes desvelar?
Ahora mismo estoy con una obra de teatro que se llama “L’illa Deserta” en Barcelona, en la sala Villarroel, y me quedan un par de semanas. Está yendo muy bien y nos lo estamos pasando increíble.
A la vista tengo una serie que se llama “Déjate ver” para ATRESplayer dirigida por Álvaro Carmona.
Tengo un capítulo entero, es un capítulo importante dentro de la historia. Me apetece mucho. A ver si se estrena este año.
HB – Vas variando entre cine, series y teatro. No eres como el personaje de “Una Vida no tan Simple” [risas]. ¿Qué formato te gusta más?
La verdad es que todo. Lo que me reconforta más es el privilegio de poder combinarlo. Igual es difícil de explicarlo, pero son lenguajes muy distintos.
En cine te ponen una cámara delante y con poco se cuenta mucho. Y en teatro te tiene que entender el señor de la primera fila y el de la 40.
HB – Una última pregunta. ¿Cómo ves a Miki Esparbé en cinco años?
Espero que con trabajo [risas]. No sé cómo me veo. [Se para a pensar]
HB – Pudiendo combinar todo lo que decíamos anteriormente: teatro, cine…
Sí, sí, claro.
HB – ¿En algún punto dirigiendo quizás?
Dirigiendo algún día seguro, porque me apetece mucho y me gusta mucho, pero no sé si es una cuestión inminente de cinco años. Me abandono un poco a la sorpresa. [Risas] A ver qué pasa.
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