“No confíes en los desconocidos… y mucho menos si vienen con spoilers.”
A pesar de que esta ingeniosa estrategia promocional en redes de “La Desconocida” ya nos insinúa de que este thriller hipnótico sobre grooming y los peligros de la tecnología va a dejar a los espectadores en shock pegados a la butaca, nos es casi imposible no querer compartir todo lo que se esconde detrás de esta montaña rusa cinematográfica.
La nueva película de Pablo Maqueda llega hoy a los cines y como a nosotros tampoco nos molan los spoilers, nos hemos sentado a charlar con parte del equipo para descubrir algunos de los misterios que sí se pueden “destripar” de “La Desconocida” (Filmax).
En la primera parte de nuestra entrevista hablamos con su actriz protagonista, Laia Manzanares.
En esta segunda parte, te contamos algunos de los secretos mejores guardados de la película de la mano de su director, Pablo Maqueda.
Prepárate para entrar en la madriguera de “La Desconocida”…
HB – Antes de empezar, quiero felicitarte por la película. No es un thriller de misterios convencional. Los giros que da… ¡Impresionante! “La Desconocida” está basada en la obra teatral de Grooming de Paco Bezerra. ¿Cómo surgió la idea de adaptarla para el cine?
El proyecto me pareció muy atrayente por cómo jugaba con el espectador y cómo me hablaba a mí directamente, no como director, sino como Pablo Maqueda.
Yo me dedico al cine por Hitchcock y he descubierto cosas que que solo él me ha enseñado y empezar a ver una obra en la que el propio personaje que es asqueroso, que empieza ya a enturbiarse desde un primer momento, me parecía como muy atractivo y muy potente.
Recuerdo una escena en “Amélie” que me gusta mucho cuando ella se gira y mira las caras de los espectadores sonrientes, [pues en] esta obra era justo lo contrario, te girabas y veías las caras y estaba la gente en shock, con ansiedad. Y yo me dije: “Uy, esto es un material muy potente para adaptar al cine.”
HB – Que impacte, ¿no? ¿Y fue difícil adaptar el guión de la obra de teatro para que encajase como película?
No, no fue difícil, fue intenso más que difícil porque está escrito a seis manos. Propusimos a Paco Becerra y a Haizea G. Viana escribirlo los tres juntos.
Propuse no hacer una película de la obra de teatro, sino partir de la obra para construir otra cosa diferente y que incluso nos pusiéramos hasta la libertad de renunciar al material original y Paco dijo:
“Sí, sí, yo me lanzo sin red. El cine es el cine y el teatro es el teatro.”
Lo disfrutamos mucho hasta el punto de incluso hacernos preguntas que queremos que se haga el espectador cuando salga de la sala. Ahora yo te hago una pregunta: “Esos secretos oscuros que todos tenemos, ¿te los vas a llevar a la tumba o crees que algún día lo compartirás con alguien?”
HB – ¡Tremendo!
Sí, sí, fue un proceso muy disfrutado cuando lo escribíamos.
HB – Hemos visto que como referentes tienes a Hitchcock, entre otros. Cuéntanos un poco más sobre qué te ha servido cómo inspiración para realizar “La Desconocida”.
Para mí un referente principal de esta película es el thriller coreano. Películas muy retadoras para el espectador, que te zarandean, juegan contigo. Tú estás viendo “Parásitos” Bong Joon-ho y no eres consciente de que dos minutos después de ese salto en la butaca todo lo que has vivido como espectador no sirve para nada. A mí me interesaba mucho.
Una cinematografía que a mí me interesa… Pues directores como Park Chan-wook, Kim Jong-woo, Lee Chang-Dong, películas como “Burning” que te retan, que son oscuras, truculentas y ciertamente incómodas.
Me interesaba generar esa emoción al espectador a través de unos referentes que normalmente no están asociados a la imagen. Por ejemplo, este Madrid es un Madrid muy luminoso, casi generacional.
Nuestra referencia visual, la de Santiago Racaj, director de fotografía, era “La Virgen de Agosto” de Jonás Trueba. Un Madrid muy reconocible, casi documental.
No tenemos que irnos a un Madrid soleado tipo “Midsommar” de Ari Aster que sea folk horror clásico. Yo quería hacer una metáfora potente de cómo en un parque a día de hoy y lo más soleado y alegre posible puede estar ocurriendo algo terrorífico.
HB – La historia llama mucho y los giros son espectaculares también, pero una de las cosas que más nos ha impactado de “La Desconocida” son los planos y la parte visual. Rodasteis muchas escenas cámara en mano y suponemos que es algo deliberado, como una manera de que el espectador se sienta más integrado en la película, ¿no?
Sí, toda la película es cámara en mano. Para mí era importante que la puesta en escena enfatizara aún más la idea de que no estabas viendo a unos personajes arquetípicos. No estamos viendo a un monstruo alado y babeante. Estamos viendo a un señor con la cara de Manolo Solo, que puede ser una persona con la que te cruzas en un supermercado.
En ese sentido me interesaba que la cámara fuera muy volátil, muy verista y jugar con los fueras de campo. Me parece mucho más terrorífico lo que no se ve. Jugar a desenfocar lo que normalmente estaría a foco.
El valor del corte en el montaje y estirar un plano un poquito más o hasta unos niveles malsanos hasta el punto de que tú te preguntes: “¿Pero Dios mío, cuándo acaba esto?”
Hay veces que la realidad no es cómoda. Hay veces que el arte no es cómodo. El arte nos tiene que zarandear. Y la obra de Paco Bezerra te daba una bofetada y te ponía un espejo delante y decía: Existe esta realidad.
[Posible spoiler] No hay fisuras sobre el personaje de Leo. Lo terrible que hace. Es un señor que se pone guapo y que conduce su coche feliz cantando Julio Iglesias para violar. [Fin de posible spoiler]
Aceptando esa convención, vamos a ahondar dentro de la oscuridad de ese personaje, vamos a arañar y meternos dentro de esa madriguera del conejo. Y la oscuridad a ver dónde nos lleva.
HB – Creemos que lo has conseguido porque gracias a esos planos desenfocados y demás, la experiencia ha sido bastante tensa, en el buen sentido. ¿Cómo fue el casting para elegir a los actores principales?
Fue un proceso muy largo. Estuvimos casi seis meses buscando, vimos centenares de actrices. Yo lo que quería era una mirada que fuera icónica, que pueda atraparte y un rostro que pueda ser capaz de aguantar un plano detalle como los que tiene esta película.
Cuando vimos a Laia, a través de Arantza Vélez y Paula Cámara, directoras de casting, fue espectacular. Le enseñé la prueba a Paco Bezerra y me dijo: “Me recuerda mucho a la mirada de Isabelle Huppert en “La Pianista”, que era una de nuestras referencias cuando escribíamos el guión. Entonces tuvimos claro de que habíamos encontrado a la desconocida.
Y con Manolo, es un orgullo darle su primer protagonista a un actor que forma parte ya de la iconografía del cine español con tantos secundarios y sobre todo un personaje al que él le tenía tanto miedo. Costó que dijera que sí, pero una vez se metió, se metió de lleno, saltó al vacío y sin red.
HB – ¿Cómo fue el rodaje? ¿Alguna anécdota reseñable? Porque rodar en exteriores es complejo.
A mí no me gusta rodar en interiores. Siento que oprime demasiado el espacio y al personaje. En este caso los interiores que hay están buscados en esa línea, pero me parece que los exteriores ayudan a enfatizar mucho más lo que tú quieres contar de un personaje y más en esta película.
Fue un rodaje muy intenso y breve, cuatro semanas. Lo intenso fueron los ensayos previos. Casi dos meses ensayando, reescribiendo con los actores. Les doy mucha libertad e improviso con ellos.
Hay veces en la que yo me ponía en la piel de Laia o Manolo, íbamos jugando, cambiando para llegar al rodaje y tirar. Yo no paso de la tercera o cuarta toma. Lo que ves de Laia y Manolo son de la primera o segunda toma. Para rodar de esa manera tengo que rodearme de gente que esté a la altura.
Contar con Eva Llorach, que me parece una de las mejores actrices de este país a día de hoy, fue un lujo. Eva es capaz de contar con una mirada.
HB – A nivel localizaciones obviamente había también un trabajo previo de búsqueda, ¿verdad? Zonas de Madrid y alrededores.
De hecho la película no está toda rodada en Madrid. Hay mucho rodaje en Albacete porque es coproducción castellanomanchega.
Albacete me encantó porque encontramos una ciudad anclada en el tiempo, en los años 60 y 70. Hay muy poca gentrificación en algunos barrios y venía muy bien para esta película en que la metáfora de que “lo oscuro se esconde en los barrios” es tan clara.
HB – “La Desconocida” trata varios temas como el ciberacoso a menores o el peligro de las redes sociales, ¿pero cuál crees que es el verdadero mensaje?
Para mí era importante hablar sobre cómo partir de los peligros de internet para luego llevar la trama a un punto más complejo que interpelará al espectador y le hará hacerse preguntas sobre sus secretos más oscuros, sobre esos instantes donde [todos] hemos hecho algo que hemos ocultado a nuestro entorno por vergüenza o por temor a que nos juzguen y nos lo vamos a llevar a la tumba.
Creo firmemente que internet ha acrecentado mucho más estos secretos y nos ha cambiado la vida para mal. Nuestras relaciones en internet a día de hoy son vacías, superficiales, somos adictos a los algoritmos. [En internet] una menor es presa de cualquier agresor, es un campo virgen para los depredadores.
HB – Tras adaptar el guión y rodar la película y analizar algunos peligros del mundo virtual, ¿tienes más cuidado con las redes sociales?
Yo tuve miedo cuando estuve documentándome para esta película. Había bastantes chat rooms de chicas jóvenes americanas que se grababan en directo mientras estudian y hablaban entre sí.
Cuando descubrimos estas plataformas vimos una cantidad de adultos que entraban a los chats y tuve miedo porque nunca sabes quién se esconde tras un avatar y eso es realmente lo desconocido de lo que yo quería hablar.
En las redes sociales hay que tener una educación y un respeto por ese mundo porque no nos olvidemos que genera muchísimos casos de grooming. Por eso es importante hablar de este tema que es tabú en esta sociedad. Para nosotros era importante tratarlo con rigor y documentándonos bien.
HB – “La Desconocida” se proyectó en el BCN Film Fest y en el Festival de Málaga y tuvo muy buena acogida. Creemos que la película puede atraer al público fácilmente por su oscura trama, pero si tuvieras que enganchar a los espectadores con un par de frases para que vayan a verla de cabeza, ¿qué les dirías?
Diría que es una película que es un reto para el espectador. Es como un caleidoscopio que no sabes donde mirar. Hemos puesto mucho énfasis para que el espectador sienta que esta película es como una montaña rusa, con sus claros y sus oscuros. ¡Qué la vean el primer fin de semana antes de que le destrocen el final!
HB – El final y toda ella, porque es sobresalto tras sobresalto [risas]. Cuéntanos sobre otros proyectos que tengas a la vista.
Suelo tener bastantes proyectos y me gusta que sean lo más opuestos al anterior.
Me siento un director muy cercano a una tradición de directores en las que prima más la historia que su estilo. Como Richard Linklater que lo mismo te hace “Antes del Atardecer” como “School of Rock”.
Lo poco que te pueda decir de mis próximas películas es que van a ser completamente diferentes y que lo que a mí me interesa son los personajes complejos y contar buenas historias.
HB – Una última pregunta. Has trabajado como productor, director y guionista. ¿Cómo te ves de aquí a cinco años?
Me veo intentando vivir de mi profesión, que ya de por sí es un milagro en este país, y demostrar a la industria, película a película, de que pueden confiar en las historias que cuento.
Y seguir atrapando al espectador que es un poco mi objetivo. Que se siente en la butaca y no haberle perdido hasta el minuto 90 que acaba la película.
Comentarios
Loading…