Thaïs Parvez
El icónico Justin Timberlake ha vuelto a pisar los escenarios europeos con su gira mundial «Forget Tomorrow», y tras varios años de ausencia en los grandes recintos, está demostrando que sigue siendo un maestro en el arte del entretenimiento.
Con espectáculos que combinan a la perfección nostalgia, innovación y pura energía, Timberlake vuelve a enamorar a su público.
En Hot BuZz viajamos hasta Amberes para asistir al segundo concierto que Timberlake ofreció en la ciudad belga el pasado domingo 4 de agosto en el Sportpaleis.
Lo que presenciamos fue una noche mágica, llena de buena música y un despliegue visual de primer nivel que dejó a todos los asistentes sin aliento.
Justin Timberlake ofrece una velada inolvidable con su “Forget Tomorrow” Tour en Amberes
El concierto comenzó con No Angels, un tema de su último álbum «Everything I Thought It Was» (RCA), que, en vivo, adquirió una nueva dimensión gracias al innegable carisma de Timberlake y la potencia de su banda, The Tennessee Kids.
Desde los primeros acordes, quedó claro que el público estaba más que dispuesto a celebrar cada segundo con él.
El setlist fue una mezcla magistral de clásicos y temas recientes.
Durante las dos horas de espectáculo, sonaron temas icónicos como LoveStoned, Like I Love You y My Love, que hicieron vibrar al Sportpaleis, mientras que su emotiva interpretación de Cry Me a River llevó la energía del recinto a niveles extraordinarios.
Timberlake también se aventuró a presentar material más nuevo, como Drown y Technicolor.
Aunque estos no tuvieron el mismo impacto que sus grandes éxitos, ofrecieron un respiro refrescante entre tanto recuerdo nostálgico.
Conexión con su legado y una nueva generación de seguidores
Aunque Justin Timberlake ha forjado una carrera sólida como solista, es imposible ignorar su pasado como líder de *NSYNC, una de las boy bands más emblemáticas de los años 90.
Sorprendentemente, la banda ha vuelto a ser el foco de atención gracias a su hit Bye, Bye, Bye, que se ha hecho viral en TikTok e Instagram tras aparecer en la nueva película de Marvel: “Deadpool y Wolverine”.
La canción y su icónico baile han capturado la imaginación de una nueva generación, reafirmando que el legado de Timberlake en la cultura pop sigue siendo tan relevante como siempre.
Durante el concierto, Timberlake no perdió la oportunidad de conectar con sus seguidores, tanto con los más acérrimos, que conocen su carrera al dedillo, como con los nuevos fanes que han descubierto al artista gracias al resurgimiento de Bye, Bye, Bye.
Entre canciones, se tomó el tiempo para hacerse selfies con algunos afortunados en primera fila, añadiendo un toque personal al espectáculo.
Una explosión de energía y un final épico lleno de hits
La segunda mitad del show elevó la energía con temas como Infinity Sex y FutureSex/LoveSound, que destacaron por su impresionante puesta en escena y efectos de luces.
Timberlake también se trasladó al escenario B, situado en el centro del estadio, donde ofreció interpretaciones más íntimas de canciones como Suit & Tie, Say Something y What Goes Around… Comes Around.
Para la recta final del concierto, Timberlake regresó al escenario principal y sacó la artillería pesada.
Can’t Stop the Feeling! encendió la locura en el Sportpaleis, seguida de Rock Your Body y SexyBack, que hicieron que todos los presentes se levantaran a bailar.
La producción visual fue especialmente impresionante durante SexyBack, donde las pantallas LED y la coreografía se combinaron para crear un espectáculo verdaderamente inolvidable.
El cierre del concierto llegó con Mirrors, una de sus baladas más icónicas, en la que Timberlake flotó sobre la multitud en un impresionante montaje visual sobre un bloque de pantallas LED.
Fue un final épico para una noche que dejó claro que, a pesar del tiempo y los altibajos, Justin Timberlake sigue siendo una de las estrellas más carismáticas del pop mundial.
Timberlake conquistó Amberes con un espectáculo único que equilibró perfectamente la nostalgia de sus grandes éxitos con la frescura de su nueva propuesta musical, demostrando que su legado sigue más vivo que nunca.
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