La editorial francesa Short Édition ha diseñado unas máquinas expendedoras que ofrecen relatos cortos gratis para acabar con las «horas muertas» de los viajeros.
Faltan unos minutos para que llegue el bus o el metro y al mirar a un lado y a otro se ven a unos pasajeros jugando al Candy Crush, a otros zambulléndose en las redes sociales y a otros perdiéndose en sus conversaciones de WhatsApp, pero una editorial francesa ha ideado la mejor manera de incentivar la lectura en esos ratos de espera: una máquina expendedora de historias cortas.
La editorial Short Édition, especializada en la publicación de textos que se leen en menos de 20 minutos, ha instalado ocho de sus máquinas dispensadoras por localizaciones clave de la ciudad de Grenoble para proporcionar a los transeúntes micro historias de su propio catálogo.
El listado incluye 600 historias elegidas a conciencia de un total de 60.000 por los 142,000 suscriptores de short-edition.com.
Los lectores pueden seleccionar entre relatos de una duración de uno, tres o cinco minutos, pero las historias impresas son cosa del azar. La máquina ofrece tickets con relatos de forma aleatoria, de esa manera el lector nunca sabe qué historia acabará leyendo.
Quentin Pleplé, cofundador de Short Édition, habla de cómo la iniciativa emergió: «La idea surgió cuando estábamos haciendo un break y vimos la máquina expendedora de snacks. En ese momento pensamos que sería divertido tener una máquina que distribuyese historias cortas. Dos semanas más tarde creamos un prototipo: ¡el Dispensador de Relatos Cortos había nacido!»
La iniciativa se implementó en la capital de los Alpes franceses hace poco más de un mes, pero el éxito que ha tenido ha sido tan arrollador que en breve se expandirá por otras ciudades del país galo, así como por otros punto del globo.
«El feedback que hemos recibido hasta le fecha ha sido abrumadoramente positivo,» añade Pleplé. «Contamos con ocho máquinas dispersas por todo Grenoble, pero ahora las máquinas están patentadas y sé con certeza que están deseando viajar y se mueren por descubrir países nuevos.»
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