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Cine de sofá: «Objetivo Terrum» (Battle for Terra), pequeña joya desconocida del cine de animación

Es bien sabido en nuestro país que en el año 2009 se estrenó una película de animación titulada «Planet 51» (Ilion Animation Studios, 2009) centrada en la visita a un mundo alienígena por parte del ser humano y el contacto entre éste y una especie alienígena inteligente. Si bien el planteamiento era original y levantó bastantes expectativas, el resultado distaba mucho de parecerse a una historia seria de ciencia-ficción.

Ambientado en una caricaturesca sociedad estadounidense de los años 50, el filme cumplió su objetivo de divertir y dar visibilidad a la industria española de la animación por ordenador, pero poco más. Sin embargo no es tan conocido el hecho de que no fue la única película de animación basada en esa premisa, ni siquiera la primera en estrenarse. Como en el caso de «Planeta Rojo» (Warner Bros.,2000) y de «Misión a Marte» (Walt Disney Productions, 2000) y de muchos otros casos de películas de temática similar estrenadas en fechas colindantes, la popularidad de uno de los filmes eclipsó a la del otro, merecida o inmerecidamente.

Hablamos nada más y nada menos que de «Objetivo Terrum» (2007), originalmente conocida como «Battle for Terra», dirigida por Aristomenis Tsirbas y basada en el cortometraje del mismo nombre, que fue estrenada el 8 de septiembre de 2007 en el Festival Internacional de Cine de Toronto y para el gran público en Estados Unidos el 1 de mayo de 2009. En su momento ganó el Gran Prize a la Mejor Película de Animación en el Festival Internacional de Animación de Ottawa. En su versión original cuenta, además, con la voz de Dennis Quaid.

Partiendo de la misma idea de un contacto extraterrestre iniciado por una humanidad en principio tecnológicamente superior, «Objetivo Terrum» va un paso más allá que su más directa competidora. Situando al espectador en un planeta lejano habitado por pequeños alienígenas inteligentes de carácter pacífico y espiritual, plantea un dilema moral al desvelar que la conquista, colonización y terraformación de ese mundo (así como la muerte de sus habitantes nativos) se presenta como la única posibilidad de supervivencia de la especie humana. Podéis ver su trailer en el siguiente enlace.

Como podemos ver en este planteamiento inicial, la película tiene un carácter apto para todos los públicos pero no humorístico o mojigato. La reflexión sobre la naturaleza, utilidad o necesidad de una guerra o de cualquier forma de violencia hacia un colectivo diferente al propio, así como el racismo subyacente, está ahí y el filme no cae en la tentación de sacrificar su mínima crueldad con la esperanza de arrancar una carcajada fácil a través de personajes de inteligencia limitada o pura y previsiblemente malvados. Este matiz de grises es precisamente uno de los puntos fuertes de su argumento. Ciertamente el peso del argumento de basa en la visión general del conflicto y no en unos personajes con una honda personalidad, pero no cae en estereotipos (exceptuando a cierto C3-PO volador) y cada elemento está dispuesto de manera que esto último no sea necesario, dejando una buena sensación al espectador.

El aspecto visual es, quizá, el elemento que más ha podido perjudicar a la película, ya que se da un contraste palpable entre la calidad de los diversos elementos que la conforman, traicionándola y haciendo evidente su relativamente barata factura. Por un lado tenemos los hermosos y enormes entornos que proporcionan un logrado sentido de escala al mundo que se nos muestra. Por el otro tenemos a los habitantes que lo pueblan, de calidad gráfica dudosa y que a primera vista provocan la sensación de encontrarse frente a una obra de calidad menor, hasta el punto de llegar a confundir a ciertos personajes secundarios con los protagonistas debido al poco detalle de sus caras, incluso en el caso de los seres humanos. Afortunadamente, esta carencia gráfica se suple gracias al diseño y al acabado artístico de los objetos, criaturas y estructuras que pueblan la película, que demuestran un mínimo trabajo intelectual y que van más allá de convertir objetos cotidianos de los años 50 en pequeños ovnis-tostadora o cafetera.

Ciertamente «Objetivo Terrum» es una pequeña joya algo desconocida del cine de animación con cierto sabor argumental y estético a otros filmes de carácter alternativo como «Kaena: La profecía» (2003). De no haber tenido que competir con otras películas de su misma clase orientadas a un público principalmente infantil, hubiera podido disfrutar de un éxito y una difusión mayores y decididamente merecidos.

Por Pablo Agustí Chinchilla

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