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Sweet Home

Recientemente se ha estrenado la película «Sweet Home» (Filmax Entertainment, Castellao Pictures, 2015), la nueva película de terror de los productores de «[REC]» (Filmax, 2007) y «Mientras suermes» (Filmax, 2011). Dirigida por Rafa Martínez, tiene como actores protagonistas a Ingrid García-Jonsson, a Bruno Sevilla y a Oriol Tarrida, en una película realizada en España pero orientada al mundo, en particular al público angloparlante.

La premisa inicial de «Sweet Home» es la historia de una pareja normal y corriente que decide pasar una velada romántica en un edificio semiabandonado del centro de Barcelona. Al poco tiempo de llegar descubrirán que el único inquilino que quedaba en él, un solitario anciano, ha sido asesinado. Su miedo no podría ser mayor al darse cuenta de que han pasado a ser el nuevo objetivo del misterioso culpable. Así empieza esta película de terror y acción que nos hará saltar alguna que otra vez del asiento.

Como viene siendo tradición en el género de terror desde hace décadas, es la protagonista femenina, Alicia (interpretada por Ingrid García-Jonsson), quien nos lleva de la mano por la trama y quien soporta el peso del argumento, mientras que el personaje de Simon (Bruno Sevilla) cumple esta misma función en menor grado. La interpretación del reparto de actores cumple cómodamente en unos papeles que por otra parte no requieren grandes dotes interpretativas fuera del terreno del grito, la desesperación y el horror, terreno en el que se desenvuelven con naturalidad. Sobre el antagonista o antagonistas no podemos revelar nada aquí, pero podemos decir que es un elemento inteligentemente realizado tanto en su estética como en sus actos, y resulta uno de los aspectos más memorables de la película, con diferencia.

Cuando decimos que esta obra ha sido realizada en España pero para el mundo, nos referimos a un truco inteligente que han llevado a cabo sus realizadores con la cuestión del idioma: el personaje de Simon es británico (no así el actor Bruno Sevilla, a quien hay que felicitar por su excelente acento) y su pareja, Alicia, habla con él en inglés, lo que da como resultado una película de habla inglesa con breves secciones en castellano fácilmente subtitulables, dando lugar a un filme que no necesita doblaje y desprende una mayor naturalidad y realismo de lo que este podría ofrecer, a la vez que abre las puertas del mercado cinéfilo internacional.

Tan importante o más que el elemento humano es la ambientación de la película. El solitario y antiguo edificio en el que se desarrolla la película, con su escalera tan reconocíblemente barcelonesa, su iluminación y sonidos son, en conjunto, un personaje en sí mismo y el que aporta su carácter a la obra, recordando vaga pero inconfundiblemente a clásicos como «[REC]».

Más allá de estos aspectos, esta obra cuenta intermitentemente con momentos repentinos y sorprendentes que derrochan gamberrismo, mala baba y un humor tan negro como la sangre coagulada con que casi nos salpica en ocasiones. Su desenlace resulta satisfactorio y con su naturalidad, cercanía y entornos, consigue que veamos con otros ojos la ciudad condal; unos ojos que tras ver esta película se girarán más de una vez, ligeramente inquietos, al escuchar algún sonido sin identificar a nuestra espalda. En conjunto hablamos de una película sencilla pero entretenida, un poco gamberra, que cumple por su planteamiento inteligente y sus detalles más que por sus medios y que nos sorprenderá en más de una ocasión, mientras despierta en el espectador la memoria de más de un clásico del género del terror.

Hot BuZz la vio acompañada de su reparto de actores y su director, a quienes entrevistó para vuestro disfrute. He aquí nuestra conversación con el actor Bruno Sevilla:

P: ¿Qué puedes contarnos de tu experiencia en esta película? ¿Supuso retos nuevos para ti?

R: Me siento realmente afortunado por haber formado parte del reparto de esta película, realmente se encuentra fuera del tipo de proyectos en los que estoy acostumbrado a trabajar. Entraron en contacto conmigo a través de mi web, la cuestión del acento británico fue de tremenda utilidad para recibir el encargo de interpretar a Simon. El periodo de rodaje en sí fue corto, de unas pocas semanas, pero me pareció intenso tanto por el ritmo de trabajo como por la actividad física que las escenas de acción nos exigían.

P: ¿Qué puedes contarnos sobre tu interpretación? ¿Te supuso un desafío interpretar a Simon?

R: Simon es un personaje relativamente fácil de interpretar, es un chico sencillo y cercano con el que el que todos podemos identificarnos. Lo que sí fue un pequeño reto fue rodar escenas con cierto grado de violencia, ya que no estaba acostumbrado.

P: ¿Qué te pareció rodar en esa clase de entorno? ¿Supuso alguna complicación?

R: Para nada. La ambientación ayudó mucho a meterse en el papel. Lo malo es que el edificio está justo al lado de un zoológico y el ruido de los animales era espectacular. Seguramente les dio más de un dolor de cabeza a los especialistas de sonido después del rodaje (risas).

P: ¿Cómo definirías «Sweet Home» en una frase?

R: Una pregunta difícil… ¿De donde las sacáis (risas)? Supongo que la definiría como una montaña rusa: una vez te subes, aunque te asuste ya no te puedes bajar.

P: ¿Qué puedes contarnos de tus próximos proyectos?

R: Puedo decir que participaré en «Wild Roads», en «Habitaciones cerradas» y, como secundario, en «Project Lazarus». Os las recomiendo, no les perdáis la pista.

 

Tras esta introducción también tuvimos la oportunidad de entrevistar a su director, Rafa Martínez, al que quisimos preguntar sobre varias cuestiones:

P: Tras ver la película nos hemos dado cuenta de que tiene elementos de géneros dispares. ¿Cómo la definirías? ¿Crees que casa claramente con la definición de «película de terror»?

R: «Sweet Home» es una película de género mezclado y difuso, una mezcla curiosa pero dotada de lo más importante en este sentido: coherencia. Ciertamente no pensábamos en seguir el manual al elaborarla.

P: Hemos visto que en la película se mencionan cuestiones como los desaucios y otras problemáticas sociales de actualidad. ¿Hasta dónde llega la intención social de la película, si es que la tiene?

R: La película no tiene función social propiamente dicha, no porque no creamos en su importancia si no porque esas cuestiones se utilizan como contexto, para meter al espectador en un entorno actual, cercano y reconocible. Para darle realismo, en suma.

P: ¿Hay alguna película u otra obra que haya servido de inspiración para «Sweet Home»?

R: En principio no, aunque sin duda muchos grandes clásicos del cine han dejado su huella en nuestras cabezas y eso se nota en el momento de hacer nuevas películas. Puedo rememorar fácilmente «Elm Street» (Media Home Entertainment, 1984), y «La jungla de cristal» (Silver Pictures, 1988). Esta última es mi referente perfecto, mi película de cabecera por así decirlo (risas). Curiosamente, iba a haber un guiño a esa película en «Sweet Home», un guiño que finalmente y por desgracia no fue incluido. Aunque no me adscribo a ella, en el fondo comprendo esta fiebre por hacer remakes de clásicos anteriores del género del terror, hay elementos en ellos que sencillamente «se han hecho mayores», que simplemente no convencen.

P: ¿Qué puedes contarnos del rodaje?

R: Se planteaba como una película asequible con la voluntad de gustar y sorprender, en parte una carta de presentación para futuros proyectos. El rodaje en sí fue difícil, cada día aparecían nuevos retos técnicos. En realidad «Sweet Home» es una película que no debería tomarse demasiado en serio; en ese sentido, me identifico más con el estilo de directores como Sam Raimi y su sentido del humor macabro.

Entrevista y fotografías por Thais Parvez Montesinos. Texto por Pablo Agustí Chinchilla

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