La magia del 3D ha conquistado de nuevo el corazón del cineasta James Cameron que ha sumergido una vez más, por todo lo alto y con una nueva perspectiva su “Titanic” en las salas de medio mundo, pero a pesar de que nos intrigue la idea de ver a Leonardo DiCaprio congelarse hasta los pelillos de la nuca mientras se hunde en las profundidades del Atlántico (aunque tenemos nuestros reparos en apreciar a Kate Winslet en todo su esplendor y a modo 3D, incluso a ella misma le aterroriza la idea) hemos ideado una lista de las películas que realmente nos cortarían la respiración y nos gustaría ver con tecnología tres dimensiones (Cuidado: spoiler).
Nº5: “Independence Day” – Muchas son las películas inspiradas en seres de otros planetas que nos han rondado por la cabeza, pero la que más boletos se ha llevado para salir en nuestro top 5 ha sido la aventura terrícola-espacial del germánico Roland Emmerich. Como todos los buenos clásicos de acción la película ofrece un protagonista más chulo que un ocho y duro de roer pero que comete sus tareas de forma profesional y infinitamente pasional, un tipo con cuerpo de guerrero y corazón de artista. Por otro lado encontramos persecuciones frenéticas con naves extraterrestres y la guinda la ponen las explosiones a base de láser alienigena.
¿Por qué debería salir en 3D? Convertir “Independence Day” en 3D es como dar un paso adelante en la historia del cine de ficción porque el espectador se centraría en disfrutar de la montaña rusa en la que se sube Will Smith para acabar con la amenaza extraterrestre. Los discursos patrióticos y los personajes estereotipificados y acartonados quedarían en un segundo plano para dar paso al espectáculo bélico espacial. Lo más seguro es que acabemos tirando fuegos artificiales después ver en tres dimensiones, entre otras cosas, la demolición de monumentos icónicos como la Casa Blanca, el Empire State o como se van derruyendo las Pirámides egipcias.
Nº4: “Tiburón” – Sin duda la versión cinematográfica del best-seller homónimo de Peter Benchley es uno de los clásicos, no sólo de la extensa filmografía de Steven Spielberg, sino también del que podríamos llamar “cine de bichos” gracias a la memorable banda sonora compuesta por el genio musical John Williams, por la presencia del siempre canalla Richard Dreyfuss que va picando al personaje de Robert Shaw (rumores apuntan que el mal rollo entre ambos actores traspasaba el set de rodaje) y en especial por la tensión que con tanta maestría provoca Spielberg en cada una de las escenas en la que aparece el enorme depredador blanco.
¿Por qué debería salir en 3D? Porque si en su día el “blockbuster veraniego” de Spielberg consiguió acongojar al espectador y mantenerlo alejado de las playas durante una temporada (así como hizo Hitchcock con la mítica escena de la ducha en “Psicosis”), nos morimos por hacer apuestas para ver cuanto tardamos en meter el dedo gordo del pie en las aguas del Mediterráneo tras experimentar a lo grande los dientes afilados del gran tiburón blanco.
Nº3: “Equilibrium” – Si bien “Matrix” marcó un antes y un después en la historia del cine de ciencia ficción contemporáneo, la obra maestra de Kurt Wimmer tampoco se queda atrás. Podría decirse que la cinta ha sido inspirada en la pieza literaria Fahrenheit 451. Wimmer nos transporta a un universo distópico con temática Orweniana -haciendo referencia a su obra 1984- donde encontramos todo los elementos para hacer que se derrame nuestra adrenalina a diestro y siniestro: una sociedad futurista incapaz de sentir y expresar sus emociones, esclavizada por un gobierno totalitario y controlado por una institución sectaria y porqué no decirlo, muy molona estéticamente, formada por los llamados Clérigos y una panda de revolucionarios conspirando para derrocar al Gran Hermano. La baza sin duda es el gran Christian Bale, ataviado con vestimentas Neo(matrix)futuristas, con su interpretación de de Clérigo cabronazo que aniquila al enemigo a punto de pistola y con coreografías ninja low motion.
¿Por qué debería salir en 3D? Porque sería realmente inspirador infiltrarse en profundidad en las calles de la grisácea cosmópolis de Libria, disfrutaríamos como enanos respirando aunque sea por unos minutos de un poco de “serenidad” y de las nuevas tecnologías. Es obvio que transcurrido un periodo de tiempo experimentando, sacaríamos el rebelde que hay en nosotros y empezaríamos a pelear como Bale, con la misma habilidad y técnica que V de Vendetta flotando en prozac.
Nº2: “El Exorcista” – La cinta de culto de William Friedkin sacudió al espectador cuando salió de su cuerpo y vio la luz en 1973 y a pesar de que hayan pasado varias décadas desde su estreno, hoy en día para muchos sigue considerándose la película más terrorífica de todos los tiempos gracias a las espeluznantes secuencias que captan de una forma explosiva la mezcla de sucesos reales y sobrenaturales, la constante “lucha entre el bien y el mal”, como comentó en su día Friedkin, que experimenta la niña de doce años protagonista tras ser poseída por el mismísimo señor de la tinieblas y la consiguiente sucesión de exorcismos a los que es sometida.
¿Por qué debería salir en 3D? La historia en sí y los rumores de la maldición que se cernió en algunas de las personas que participaron en el rodaje nos ponían el culo prieto pero sin duda fueron los efectos especiales y las excelentes actuaciones de Max von Sydow, Jason Miller, Ellen Burstyn y en especial Linda Blair que nos dejaban pegados al asiento del canguelo, pero apreciar casi con los cinco sentidos y en 3D momentos clave de la película como el de la levitación, la bajada a espaldas y a cuatro patas de Regan por las escaleras de su casa o el giro de sesera de 360º que se marca seguro que consigue que a partir de ese instante salgamos a la calle con una botella de agua bendita y vayamos rociando al personal que nos haga sospechar de sus intenciones mientras gritamos: “sal de este cuerpo, sal de este cuerpo inocente, desvalido y chiquitín”.
Nº1: “Kill Bill” – La sangrienta y legendaria cinta dividida en dos partes de Tarantino ya ofrece mucha chicha de por sí escondida bajo una técnica de grabación original e impecable -narración anime incluida- y un guión agudo, directo al grano y desternillante, además de un reparto insuperable. En ella encontramos a una mujer con sed de venganza y que es capaz de mutilar, desmembrar, descabezar (sí, The Bride no decapita, ella es más salvaje y descabeza) y rebanar a sus enemigos con mucho, mucho estilo. El gancho? Peleas poéticas a base de katanazos Hattori Hanzō con un hilo musical inolvidable.
¿Por qué debería salir en 3D? Como ocurre en la versión 3D de “Star Wars: Episodio I – La Amenaza Fantasma”, nos gustaría coger nuestra espada para sepultar a nuestro enemigo y sentirnos Uma ‘La Novia’ Thurman por unas horas, apreciar la filosofía de las artes marciales muy de cerca, destapar una carnicería digna de Jack el Destripador y salpicarnos el mono amarillo con la sangre de Mamba Negra, O-Ren Ishii o cualquiera de los otros miembros del Escuadrón Asesino Víbora Letal o el clan Yakuza mientras soltamos con una sonrisa irónica y una mirada desafiante eso de “Puta, tú no tienes futuro” o “Hubo sangre, hubo destrucción, y yo obtuve una total satisfacción.”.
Nuestra pequeña lista de películas que esperamos que sean en breve galardonadas a llevarse el premio ‘nueva versión cojonudisísima en 3D’ ya ha sido finiquitada, pero muchas otras cintas han sido dignas candidatas, entre ellas, cabe destacar las partes de la saga “Saw” con las que seguro que a más de uno se le iría la cabeza queriendo entrar en el macabro y moralista juego de Jigsaw, otras delicias élficas como “El Señor de los Anillos: Las Dos Torres” y su batalla en el castillo en el Abismo de Helm repartiendo leches a orcos y otras animaladas cinéfilas como “Jurassic Park” o el rey de la selva “King Kong”.
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